La primera noche fue la semana anterior al máximo de actividad de meteoros, y pudimos compartir actividad divulgativa con la Asociación Astronomía Sevilla. Allí estuvimos para colaborar con ellos en la medida de nuestra posibilidad, con nuestros telescopios y echando una mano en lo que se pudiera. Se desarrolló en la finca El Berrocal, cerca de Almadén de la Plata, lugar habitual de unos años a esta parte.
Hubo un gran éxito de participación, acercándose hasta el lugar numeroso público (algunos llevaban sus propios telescopios). Al estar la Luna sobre el horizonte tras la puesta de Sol, se sabía que ocultaría una buena parte de meteoros, por lo que estuvimos haciendo tiempo contemplando diferentes objetos de cielo profundo, así como los planetas visibles a esa hora (Júpiter, Marte y Saturno) y también la Luna.
Zona de telescopios y "acampada" para la observación
Una vez se oscureció el cielo, llegó el momento de buscar las las tumbonas, butacas y mantas,, para disfrutar cómodamente de la lluvia de Perseidas. Al ser una actividad pública, todo el tiempo reinó cierto "ajetreo" entre los allí congregados, como es lógico, ya que había grupos de amigos y familias que iban a echar un rato distendido, pero a pesar de ello, pudo disfrutarse de algunos momentos de tranquilidad. Sabíamos de todos modos que esa noche era para lo que era ...
Y llegó la semana siguiente. Coincidiendo con el máximo de meteoros, volvimos al campo. Esta vez a un sitio distinto, cerca de El Castillo de las Guardas. Y con menos personas. Muchas menos personas. Sólo éramos 4. Ya no era una actividad divulgativa abierta a todos, sino una sesión de observación particular entre amigos. Tuvimos también, como la semana pasada, unas horas de Luna, que aprovechamos para charlar, cenar y observar algunos objetos del cielo nocturno. Y una vez se puso por el horizonte, nos centramos en la observación de los meteoros. Comenzó entonces a generarse esa especie de magia que lo llenaba todo, propiciado por la quietud de la noche, y la contemplación del magnífico cielo estrellado, que se prolongó hasta el amanecer.
Algunas de las Perseidas que registró la cámara
Si bien la primera noche estuvo muy bien, y nos alegró participar en la actividad, nos quedamos con el recuerdo de esta segunda noche. Ese tipo de recuerdos que tanto nos gusta atesorar.
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