El asteroide, de unos 45 metros de tamaño, sin embargo, no se vería a simple vista, sino que sería necesario usar prismáticos o telescopio, y además, saber dónde localizarlo...
Así que con ese objetivo, nos desplazamos lejos de la contaminación lumínica de la ciudad, con los equipos y las cartas, cerca de la localidad de El Ronquillo, junto con diferentes compañeros aficionados también a la astronomía.
El cielo estaba cubierto por unas finas nubes que podían dar al traste con la observación, pero a pesar de todo empezamos a montar los equipos visual y fotográfico, con la esperanza de que mejorara.
Imagen cortesía de Paco Cordero
Teníamos la referencia de los pasos del asteriode a diferentes intervalos, gracias al material recopilado de distintas fuentes, entre otros, la carta que preparó y compartió Paco Bellido, en base a datos de la NASA sobre unos detallados mapas estelares.
Tras varios intentos de ubicar el asteroide en el campo estelar, infructuosamente, por la bruma del horizonte, una vez que ya el objeto ganó cierta altura, y se despejó el velo de nubes, conseguimos localizarlo. Fue un trabajo en equipo conjuntamente con Manuel Alfonseca con su luminoso telescopio Dobson de 30 cm, que gracias a su habilidad, pudo localizarlo y mantenerlo en el ocular, a pesar de la gran velocidad que llevaba el asteroide.
Mientras tanto, la cámara estaba acoplada al telescopio motorizado, y apuntando al mismo sitio, haciendo fotos con el temporizador, para intentar inmortalizar el paso del asteroide por la constelación de Osa Mayor, entre las estrellas Megrez y Alioth, lo que se consiguió, afortunadamente...
Paso del asteroide 2012 DA14 por la Osa Mayor, en tiempo acelerado 60x (ver en HD)
Fue toda una satisfacción poder cazarlo, primero en visual, y luego fotográficamente, por lo rápido que se movía, por lo débil de su brillo, y por las adversas condiciones atmosféricas que tuvimos. Un reto realmente difícil, y por ello especialmente gratificante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario